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" RECUERDA QUE DANDO ES COMO RECIBIMOS "
La semilla de Cristo
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Mensajes : 28 Puntos : 81 Reputación : 0 Fecha de inscripción : 12/07/2012 Edad : 48 Localización : milan
Tema: Significado de La semilla de Cristo Dom Jul 15, 2012 3:51 pm
INTRODUCCIÓN
Que la paz del Señor Jesucristo sea con todos ustedes, hermanos y hermanas. Por favor, les invito a abrir sus biblias en el Evangelio narrado por Mateo, capítulo 13, vamos a leer versículo 1 al 9.
1. Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2.Y se Le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra 6. pero salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno 9. El que tiene oídos para oír, oiga.
¿Usted ya experimento plantar una semilla? ¿Y luego, verla germinar, crecer y dar fruto? Sin duda, es una bella experiencia. Bueno, cuando Jesús contó la parábola del sembrador, estaba hablando con personas que sabía muy bien lo que es sembrar. Desde el barco, en el mar de Galilea, probablemente,
visualizó a algún sembrador trabajando cerca del lugar¹, el Maestro comparaba el trabajo de quien siembra, con el trabajo de quien predica el evangelio. Él contaba la parábola y una multitud lo oía, sin embargo, nadie la entendía. Son tres los elementos que componen la parábola: el sembrador, la semilla y el suelo. ¿Pero, qué significan? La explicación fue dada por el propio Jesús. ¡Fue una extraordinaria clase de evangelismo! Por cierto, la parábola del sembrador, eslaexplicación más detallada de los evangelios realizada por el Maestro (Mt. 13:1-23; Mr. 4:1-20 y Lc.8:4-15). Ella es encontrada tanto en Mateo, como en Marcos y Lucas, y siempre es seguida de la explicación. La simiente representa la Palabra de Dios (cf. Lc. 8:11). El sembrador es el predicador de la Palabra y el suelo es el corazón humano. El Maestro contó esa historia para instruir y motivar a sus discípulos que luego comenzarían a evangelizar. Y el mensaje central de la parábola es esta:
¡Aunque el resultado de nuestro trabajo misionero aparentemente no corresponda a nuestras expectativas, no debemos desanimarnos ni desmayarnos con nuestra acción evangelizadora!
La historia contada por Jesús presenta tres desafíos a los que siembran la palabra de Dios. El primer desafío es este:
EL SEMBRADOR DEBE SALIR A SEMBRAR SIN ENFATIZAR LA IDENTIDAD DELPREDICADOR
¿Cuál es la función del sembrador? Es depositar la simiente en el suelo. Aunque esta sea una función bastante simple, ¡ella es importantísima! 3- Ya que, si la semilla no es depositada, jamás existirá una labranza. Sólo hay una cosecha porque alguien plantó. Sin embargo, sembrar no es un trabajo fácil. Quien ya realizó alguna plantación, sabe bien de lo que estoy hablando. Al comer un alimento en casa, muchas veces, no tenemos ni idea del trabajo que costó para llegar a nuestra mesa. Fue un largo proceso, que comenzó cuando
alguien, en algún lugar, un día lanzó la semilla en la tierra. No sabemos quién, cuándo o cómo. Apenas sabemos una cosa: ¡Alguien la sembró! El sembrador siempre es anónimo, pero importante. Lo mismo acontece en la parábola. Observe la manera como Jesús comienza a contar la historia: He aquí, el sembrador salió a sembrar (Mt. 13:3b). ¿Quién es ese sembrador? ¿Cuál es su nombre? ¿Dónde vive? La parábola no dice nada al respecto. Note que en ningún momento, durante la narrativa, él es llamado por el nombre. Nada es dicho sobre su apariencia, su vida, ni del tiempo que él tenía de experiencia. Nada es dicho de sus habilidades o realizaciones. No se presenta un currículum con títulos. ¡No! Él es simplemente el sembrador. ¿Qué es lo que Cristo nos quiere enseñar? Es algo simple: Quien siembra, siembra anónimamente. Conforme el contexto, al principio, el sembrador es Jesucristo, pero, también representa a todo aquel que comparte el Evangelio de Jesús con los otros. 4- Sin embargo, el énfasis del texto no está en el sembrador, sino en la semilla y en dónde fue sembrada. El éxito de la cosecha, no depende de quién planta, sino de la combinación entre el “suelo” y la “simiente”. Ni la germinación, ni el crecimiento, son funciones del sembrador. Vea lo que Pablo escribió al respecto en la primera carta a los Corintios, capítulo 3, versículo 5: Mi trabajo fue el de plantar la simiente en el corazón de ustedes, el de Apolos fue regarla, sin embargo, fue Dios quien hizo crecer la labranza en sus corazones, y no nosotros, (Biblia Viva). Según Pablo, no importa quién planta o quien riega. Esos trabajos son pequeños y simples. El milagro del crecimiento lo hace el Señor. No somos capaces de convencer al pecador. Es el Espíritu Santo que realiza ese trabajo. Es él quien prepara el terreno. Es él quien mueve los corazones. El que convence al mundo del pecado, de la justicia y del juicio ( Jn. 16:8 ). También, no somos capaces de convertir al pecador. Si no es Dios quien da a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio, potestad de ser hechos hijos de Dios (Jn. 1:12). De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron; He aquí todas son hechas nuevas, (2 Co. 5:17).
El Espíritu regenera al pecador, operando el mayor milagro que un hombre puede experimentar en su vida: ¡El milagro del nuevo nacimiento! Eso sólo Dios lo puede hacer. Con todo, ¡aunque nuestro trabajo sea simple, pequeño y anónimo, él es valiosísimo para Dios! Porque la Sagrada Biblia nos dice: “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! (Ro. 10:13-15). El Espíritu de Dios nos propone una sociedad espiritual: ¡Nosotros sembramos y él hace todo lo restante! ¡Qué grande privilegio! Somos socios del Espíritu Santo en la predicaci- ón del Evangelio. Sin embargo, como bien dijo el apóstol Pablo: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, (2 Co. 4:7). Vivimos en días, en que la figura principal ha sido la del sembrador humano y no la de la simiente. Ella ha sido relegada a un segundo plano o hasta olvidada. Es común ver por ahí, celebridades evangélicas y predicadores famosos, que parecen ser más importante que el mensaje que llevan. ¡Eso es anti-bíblico! El sembrador debe salir a sembrar, sin embargo, sin destacar su propia identidad, sin esperar reconocimiento de los hombres. Sin buscar el foco. Pero, exaltando la palabra y, sobre todo al Dios de la palabra. ¡El que es digno de recibir toda honra, toda gloria y toda alabanza! Ese es el primer desafío que la parábola del sembrador ofrece al predicador del evangelio de Cristo. Vamos ahora al segundo desafío.
EL SEMBRADOR DEBE SALIR A SEMBRAR SIN DESPRECIAR LA AUTORIDAD DE LA PALABRA.
En la parábola del sembrador, ¿qué es representado por la “semilla”? Vea la explicación de Jesús en Mateo 13, versículo 19. De acuerdo con ese texto la simiente es la palabra. En Lucas, capítulo 8, versículo 11, es más claro todavía. Está escrito: “... la semilla es la palabra de Dios. ¿Por qué comparar la Palabra de
Dios con la semilla? “Porque la palabra de Dios es viva, y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”, (He. 4:12 – lo subrayado es nuestro). ¡Aleluya! ¡La palabra de Dios es viva y poderosa! Al contrario de la palabra del hombre, que nada puede hacer para salvarnos de la muerte eterna, la palabra de Dios tiene vida y genera vida en el corazón de quien cree en ella. Ella tiene el poder de alcanzar directamente los aspectos más íntimos de nuestra personalidad y los lugares más secretos de nuestra alma. 5- Cuando es elegida en nuestro interior ella germina y va creciendo dentro de nosotros, va creando raíces en nuestro corazón y promoviendo una transformación de adentro para fuera. Así, hombres y mujeres son transformados en labranzas de Dios (1 Co. 3:9) Esto es, el suelo donde Dios hace su trabajo. “...y serán llamados árboles de justicia, plantío de Dios, para gloria suya, (Is. 61:3) Vea lo que el apóstol Pedro escribe en su primera carta, capitulo 1 y versículo 23: Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. ¡Esa simiente, además de ser viva y poderosa, también es indestructible y eterna! Voltaire fue el filósofo francés más famoso y el mayor ateo del siglo diecinueve. El afirmaba que el Cristianismo era una religión fallida y garantizó que en cien años la Biblia sería borrada de la faz de la tierra. Vea que ironía. Cincuenta años después de su muerte, la casa en donde él vivía fue comprada por una Sociedad Bíblica y hoy es una de las mayores editoras de Biblias del mundo. 6- ¡Alabado sea Dios, porque su palabra permanece para siempre! El apóstol Pablo, que fue un gran sembrador de esa palabra, cierta vez dijo: ...no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primeramente, y también al griego (Ro. 1:16). Esa es palabra que nos fue anunciada hermanos. Ella es suficiente y poderosa para salvar a todo hombre. Sobre eso, en la parábola del sembrador, vemos algo admirable: ¡El énfasis que en ella se le da a la palabra de Dios es impresionante! “Simiente” es El término que más se repite en la narrativa de esa historia. De éste modo, ella podría ser llamada de “parábola de la simiente”. ¿Cuál es la lección que sacamos de ese hecho? ¡La evangelización debe ser basada y afirmada solamente en la Palabra de Dios! Los esquemas, estrategias o artificios humanos, no son necesarios, para obtener éxito en el evangelismo. Sólo una cosa es necesaria, hermano: ¡Predicar la palabra! ¡Predicar el Evangelio, porque él es el poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree! Hay alguien que piense que la cosecha de la iglesia sería mayor si alguna otra cosa fuese predicada; entonces, en vez de anunciar el evangelio de Cristo, queda prometiendo sanidad, prosperidad y hace propagandas engañosas, con el fin de atraer a las personas. Pero, piense en la iglesia de Hechos de los Apóstoles. ¿Cuál era el principal secreto de su crecimiento? Sin duda, era la predicación del genuino evangelio de Cristo (Hch. 6:7, 12:24, 13:5). Sepa: que es la palabra y no otra cosa, que atrae a las personas a Dios (Jn. 6:44-45). Cuando usted salga a sembrar, jamás desprecie la autoridad de la palabra. ¡Ella es viva y eficaz, es poderosa, es indestructible y eterna! ¡La simiente es el evangelio de Cristo y, el evangelio es el poder que transforma al hombre! Por eso, mi hermano, si usted siembra y contempla los buenos resultados, no debe permanecer tentado, pensando que ellos acontecieron por su causa. Pues, Jesús es quien nos provee la simiente y nos invita a sembrar, y así, sembramos. Pero, quien convence y regenera es el Espíritu Santo. Podemos plantar y hasta regar, mas quien da el crecimiento es el Señor, a través de su palabra que fue plantada en los corazones humanos. Hasta aquí, fuimos desafiados por la parábola del sembrador, a no enfatizar la identidad del predicador y ni despreciar la autoridad de la palabra, cuando Salimos a sembrar. Vamos ahora al tercer desafío.
3. EL SEMBRADOR DEBE SALIR A SEMBRAR SIN DISCRIMINAR EL CORAZÓN DEL OYENTE. Además de la simiente, hay otro factor determinante para el resultado de la cosecha. ¿Sabe cuál es? Los tipos de suelos, que representan los diferentes tipos de corazones humanos. A pesar de la eficacia del evangelio, el resultado dependerá de la respuesta de cada corazón. Como en los días de Jesús, tambi- én hoy hay cuatro tipo de corazones que responden de cuatro formas diferentes al mensaje del evangelio: 7- El primer tipo es el corazón endurecido (Mt. 13:4,19): él es endurecido porque es el suelo que está en la orilla del camino y es pisado por muchos transeúntes. Una persona de corazón duro es aquella que escucha la palabra, pero, no la acepta tan fácilmente. Jesús explicó que ese tipo de corazón resiste a la palabra y permite que Satanás robe la simiente que fue depositada en él. Pero cabe destacar que ¡un corazón duro puede ser “arado” por el Señor de la mies! Aunque, eso sólo acontecerá si el dueño de ese corazón lo permite. El segundo tipo es el corazón superficial (Mt. 13:5,20-21): El suelo rocoso descrito en la parábola, tiene una fina camada de tierra sobre las rocas. Un tipo común en Palestina 8- . En ese suelo la semilla hasta puede germinar, mas no cría raíces. Es aquella persona que se conmueve y acepta a Jesús con facilidad. Sin embargo, nunca se profundiza en la fe. ¡Nunca desarrolla la santificación y jamás comprende y ni acepta el precio que debe ser pagado en el discipulado! 9- (Lc. 14:25-32). En ese suelo, el brote crece, pero, por no tener raíces profundas, no soporta el calor del sol y se marchita (Mt. 13:6). El “sol” en la parábola representa las tribulaciones y las persecuciones por las cuales todo cristiano precisa pasar para probar su fe. Lo interesante es que el sol es bueno para las plantas que tienen raíces 10- . ¡De hecho, la iglesia crece y profundiza sus raíces en tiempos de persecuciones! Pero el creyente superficial sucumbe frente a la menor dificultad. Ser superficial es lo mismo que ser carnal. Y, ser superficial o no es una decisión que compete a cada uno de nosotros. El tercer tipo es el corazón sofocado: Está en el versículo 7, de Mateo 13, que dice: Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. En ese caso, el problema no es el suelo, sino los espinos que están al rededor de la planta, que la ahoga y le impide producir frutos. Los espinos
11-
CONCLUSIÓN Evangelizar no es algo fácil, porque, ¡los resultados no son siempre los esperados! La enseñanza de Cristo para nosotros, es que si evangelizamos de manera correcta y bíblica y, con todo el esfuerzo, la “cosecha” igual es pequeña, esto es, pocas conversiones, el problema no está en la “simiente” que es “palabra predicada”, sino en el “suelo” que es el “corazón de los oyentes” 12 . La Palabra sembrada sólo fructifica cuando encuentra corazones que la reciban y le ofrezcan las condiciones adecuadas para germinar. Jesús nunca se impresionó con las multitudes que lo seguía. Para él no basta con tener cantidad, sobre todo es necesario calidad. Evangelizar no es algo fácil, ¡ya que los impedimentos serán enormes! Note que cada uno de los corazones infructíferos de la parábola, sucumbió frente de tres enemigos comunes de todos los cristianos, para que vea: El mundo, la carne y el diablo. El “corazón duro” fue atacado por el “diablo” (v.19). El “corazón superficial” fue vencido por la “carne” (v.20-21). Y el “corazón sofocado” no resistió las propuestas del “mundo” (v.22). Pero, aunque existan enemigos, impedimentos y obstáculos en la obra misionera, no estamos solos en esa obra y ni desprovistos de recursos. ¡Aleluya! Tenemos el Espíritu Santo a nuestro lado y, es él quien nos unge y da autoridad y poder para vencer. ¡Nosotros evangelizamos, mas es él quien convence! ¡Evangelizar no es algo fácil, sino que es algo maravilloso! Es un privilegio que Dios nos concede. El sembrador es una figura importantísima. La tierra no produce el grano, por si misma. “Sin siembra no hay cosecha. Sin predicación no hay conversión. Sin llamado no hay respuesta” 13 . Por eso, la Biblia dice: Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas (Ro. 10:15). ¡Usted es estratégico en el Reino de Dios! Señor de la mies quiere reparar este mundo. Él quiere libertar y salvar a mucha gente. Y, para eso, él cuenta con usted. ¡Qué privilegio! Dios le invita a una sociedad espiritual en esta obra. Por tanto, sepa que: Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas, (Sal. 126:5-6)
BIBLIOGRAFÍA
BRUCE, F. F. Comentario Bíblico NVI: Antiguo y Nuevo Testamento. São Paulo: Editora Vida, 2009. FILHO, José lima de Farias. A Parábola da Pregação. In: Lecciones Bíblicas: Parábolas Vivas, Reflexiones sobre las parábolas de Jesús, Nº 260, 3º Tri/02. São Paulo: GEVC, 2002. HENDRIKSEN, William. Comentario do Novo Testamento: El Evangelio de Marcos. São Paulo: Cultura Cristã, 2003. KISTEMAKER, Simon. Comentario del Nuevo Testamento: Hebreos. São Paulo: Cultura Cristã, 2003. LOCKYER, Herbert. Todas las parábolas de la Biblia. São Paulo: Vida, 2001. LOPES, Hernandes Dias. Marcos, El evangelio de los milagros. São Paulo: Hagnos, 2006. MCDOWELL, Josh. Evidencia que Exige un Veredicto, vol. 1. São Paulo: Candeia, 1996. WIERSBE, Warren W. Comentario Bíblico expositivo: Nuevo Testamento 1. Santo André
kony pinto
Mensajes : 1 Puntos : 1 Reputación : 0 Fecha de inscripción : 13/07/2012 Edad : 46
Tema: Re: Significado de La semilla de Cristo Dom Jul 15, 2012 7:12 pm
Jesús habló de un sembrador, que esparce su semilla en el campo del mundo, explicando después que la semilla es su Palabra y son sus curaciones: ciertamente poco, si se compara con las enormes carencias y dificultades de la realidad cotidiana. Y, sin embargo, en la semilla está presente el futuro, porque la semilla lleva consigo el pan del mañana, la vida del mañana. La semilla parece que no es casi nada, pero es la presencia del futuro, es la promesa que ya hoy está presente; cuando cae en tierra buena da una cosecha del treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno. Amigos míos, cada uno de nosotros somos una semilla que Dios ha sembrado en la tierra, que encierra en su interior una fuerza de lo Alto, la fuerza del Espíritu Santo. No obstante, para que la promesa de vida se convierta en fruto, el único camino posible es dar la vida por amor, es morir por amor....
Johny Roosevelt
Mensajes : 1 Puntos : 1 Reputación : 0 Fecha de inscripción : 14/07/2012
Tema: Re: Significado de La semilla de Cristo Dom Jul 15, 2012 7:47 pm
Con esta parábola podemos comprender que todo aquel que quiere servir al señor es un sembrador y la semilla es el mensaje que se deja el cual lleva en-si los evangelios y las enseñanzas de nuestro señor Jesucristo nosotros como sembradores sembramos la semilla y depende en el tipo de tierra que caiga así dará frutos la tierra por decirlo así figurada mente son los corazones de las personas y al dar el mensaje de la palabra de Dios habremos sembrado la semilla y Dios la regara para que esa semilla comience a crecer y depende como sea la tierra así dará frutos, no nos cansemos de Sembrar para entregar muchos frutos a nuestro creador.